• Black Friday

    Black Friday en Palma
    La primera vez que oí el nombre lo asocié inmediatamente a alguna gran desgracia que debió ocurrir algún viernes 13 en algún lugar del mundo, pero no, por lo que me dijo mi vecina Montse, que se entera de todo, se refiere a una tradición importada de Estados Unidos que se celebra allí el día después de Acción de Gracias, y que consiste en una gran rebaja en muchos productos tanto en pequeños comercios como en grandes superficies. Por lo visto allí causa furor y ese día venden la cuarta parte de lo que venden durante todo el año.

    Lo de llamarlo “viernes negro” no lo acabo de entender. La única explicación que se me ocurre sin acudir a la Wikipedia pues estoy un poco vagorria, es que sea por el color que se le debe poner a algunos cuando reciban el detalle de sus visas, después de haber estrujado el viernes negro hasta sus últimas consecuencias.

    Yo hoy me he propuesto no sucumbir al famoso viernes negro y no comprar absolutamente nada de nada. Y me está costando muchísimo pues, vaya bombardeo de mensajes estoy recibiendo en mi correo electrónico. Yo creo que he recibido de todas las tiendas posibles e imposibles. Y de algunas que ni sabía que existían. Un dentista me ha mandado un SMS explicandome que hoy las piezas que te pongas salen a mitad de precio. Mi peluquera otro mensaje que decía textualmente: “Hoy si te haces mechas, y te cortas el pelo, además de extensiones, tratamiento de queratina, uñas de manos y pies, tendrás un cincuenta por ciento de descuento”. Me imagino que entrará el alojamiento y la cena en la pelu, pues para hacerte todo eso… Y así un montón de conocidos...

    Pero esta mañana pasando por un escaparate he visto un anuncio como de un metro de ancho por medio de alto que ponía: “hoy todo es Friday Black” y no he podido resistirme y allí he entrado. Era una tienda de ropa interior y de vez en cuando un recambio no viene mal, y menos algún guiño picarón a nuestra indumentaria, que se no se ve, pero con la que te sientes segura.

    Vaya chasco me he llevado. Allí lo que había en cubos inmensos llenos de bragas, sostenes, tangas, camisones y pijamas, era la antilujuria con mayúsculas y eso no se lo pondrían ni las mujeres de la Acción Católica. Si te pones algo de lo que allí se exponía como la joya de la corona, te aseguro que no te vuelves a comer una rosca en el resto de tu vida, pues apagas la libido de hasta el más salido. Por favooooor. Cómo puede existir ese color “carne” tan matapasiones. En fin que ni un mísero tanga se salvaba de mi quema. 

    Así que me he salido de la tienda toda enfadada con la persona que tiene tan mal gusto en diseñar la ropa, que ignoro su sexo, es decir, si es fémina o es varón, pero lo que sí estoy segura es que odia a las mujeres pues si no es imposible hacer algo tan indecentemente horrible.

    Y cuál es mi sorpresa cuando en un tenderete que habían puesto en una calle semi escondida, me he encontrado con el letrero que ilustra la foto de esta entrada. El que lo ha puesto no sé si se llama Blas o si lo ha escrito tal como lo ha oído, pero lo que sí sé es que estaba más feliz que un ocho vendiendo muchísimas prendas en su particular y ya famoso 'BLAS FRIDEI'.

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