• ‘Secuestro a la luz de la luna’





    Esta semana pasada recibí, sobre las 15.30 horas del lunes, (dato importantísimo que os debe interesar muchísimo…. – aquí me falta en el ordenador los emoticonos del móvil, en este caso hubiera puesto el ‘sarcástico’) un whatsApp de unos buenísimos amigos que me ponían:

    ¿’A qué hora te podemos llamar porque queremos hacerte una proposición’?

    Yo enseguida contesté a la proposición: ¿’Decente o indecente’? Contestación inmediata: ‘Decentísima’. Bueno, los amigos son los amigos y aunque te hagan estas proposiciones tan castas y puras, hay que contestar.

    La proposición era un ‘rapto el miércoles’, pues esa noche había ‘luna llena’ y ellos viven en una casa con vistas espectaculares al mar, a la luna y a las estrellas.

    ¿Quién se puede resistir a tan bonita proposición, aunque sea tan decente?

    Enseguida dije que sí, además de que siempre estos amigos me tratan como una reina, tener la oportunidad, una palmesana con casa sin vistas, ver la luna llena rielar sobre el mar, cenar a la luz de la misma y dormir en una habitación con tan excelentes vistas, no es algo que surja todos los días. Ya quisiera yo.

    Así que acepté ese rapto tan bonito en menos que canta un gallo (y no me refiero al gallo mallorquín, tan chulo, cuya foto con su propietario la vi en el periódico ‘Ultima Hora’ la semana pasada, y que le han puesto de nombre ‘Julio Iglesias’, que por lo visto no deja dormir en la zona de Punta Ballena y despierta a todo el vecindario con su ‘quiquiriqui o kikiriki.

    Personalmente opino que este gallo después de lo que ha tenido que ver y escuchar en esa zona, es un héroe y se puede permitir cantar a la hora que le dé la gana y hasta habría que hacerle un monumento. Bastantes ‘tranquimazines ha ahorrado a sus dueños’ con tanta juerga desenfrenada por las noches.

    Bueno, siguiendo con mi epístola, a tal proposición y tan emocionada e ilusionada como estaba, los días anteriores, lo iba contando a todo el mundo: ‘me raptan para ver la luna llena’. Y la verdad es que me contestaban algunos: ‘qué envidiaaaaaa! ¡Mándanos fotos!, ya que saben mi afición por la fotografía.

    El caso que luna llena la hubo, pero tapada con nubes. Bueno, no del todo, al final de la noche, después de cenar en el estupendísimo restaurante Sumaq, -(que yo ya conocía de la calle Cotoner, en el Barrio de Santa Catalina) - pero el nuevo, que han abierto hace poco en Portals Nous, (tno. 695922777), no había tenido el placer de ir. Hasta escuché a un comensal de la mesa vecina, decir que no quería ‘café’ pues deseaba quedarse con el estupendísimo sabor de tan exquisita cena. ¡Caramba, vaya cumplido para un restaurante!) , la luna se dejó ver durante unos poquitos minutos, preciosa, blanca y brillante, e incluso cuando volvimos a casa, estaba envuelta en una bruma que la hacía más misteriosa y enigmática. Pero mi problema es que empezó a sonarme el WhatsApp de muchos amigos que me reclamaban fotos.

    Qué os voy a confesar. Que mis fotos eran literalmente ‘una mierdecilla. Pero que las fotos de mi anfitriona del día anterior eran preciosas. Así que hice una cosa que no estuvo bien y es que mandé a mis amigos la foto del día anterior, pues no sé si por tanta ilusión que me habían demostrado con mi envidiado ‘secuestro’ merecía una foto mejor.

    Mis amigos, me iban contestando: ‘Qué suerte, desde casa no se ve’. Otra, mi gemela: ‘Oh, qué chula, desde mi cocina hoy no la veo’. Y así todos extrañados.

    Y ahora estoy sin vivir en mi… como diría Santa Teresa de Jesús. Así que mañana mandaré un mensaje colectivo confesando mi ‘mentira piadosa’ y no sé si me perdonarán o no.

    Además, les tendré que reconocer que soy más tonta que Abundio pues la luna, ya sea en Palma, Sevilla o la conchinchina, es la misma para todos…….

    Pienso que sí, que me perdonarán pues son ‘muy buenos y comprensivos’ y además, este julio, agosto y septiembre he tenido la suerte de ser en mucha ocasiones, ‘secuestrada’.

    Me han llevado unos amigos a su casa de Pollensa, y acercado para darme un baño espectacular en las aguas cristalinas de Cala Molins. Después, en el aperitivo, poderlo hacer en una preciosa piscina rodeada de obras de arte, y he dormido sólo oyendo pajaritos y sin aire acondicionado. Qué delicia.

    Me han secuestrado otro fin de semana, en pleno Pla de Mallorca. Me he bañado yo sola a las doce de la noche en una piscina viendo la preciosa luna y no saliendo de allí hasta que se me puso la piel de gallina. (Os tengo que confesar que pensé que si me daba un jamacuco nadie se iba a enterar y dándole vueltas a la cabeza entré a buscar en un momento dado unos manguitos, que no encontré, pero sí un rulo azul cielo, que me enrollé por si acaso). Qué vergüenza mami.

    Me han secuestrado invitándome a navegar por el Báltico, con mareo o no, pero disfrutando una barbaridad.

    Y tienen la intención de secuéstrame de nuevo para irme a un país que sólo he estado en dos preciosas ciudades y que casi no conozco y enseñarme mil rincones maravillosos.

    Así que, con tanto secuestro, he llegado a la conclusión de lo afortunada que soy de tener tan buenos amigos. No sólo los que me ‘raptan’ con kilómetros de por medio. Sino los que me secuestran para una cenita en el Paseo Mallorca, una copichuela, una exquisita pizza, o un ratito en sus casas.

    Así que además de dar las gracias infinitas por la suerte que tengo, esta entrada está única y exclusivamente escrita para deciros que admito estos secuestros tan maravillosos, sean cerca o lejos. Y que se pueden repetir… ejem….ejem….

    Antes, hoy y siempre, gracias a todos con todo mi cariño.

    ¡Qué suerte tengo!.


    (Foto cedida por C. Monjo)

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