He vuelto a sucumbir a ‘Master Chef’.
Prometí no volver a verlo pero mi débil y frágil voluntad ha podido ante ello. ¿O quizás las pocas alternativas que había para cambiar de canal? No, no ha sido eso. Tengo que rendirme a la evidencia. Soy más blanda que un caramelo sugus en pleno agosto.
El caso es que aquí mismo, donde me estáis leyendo, critiqué sin piedad el anterior ‘Master Chef’, y me veo abocada a un sin vivir pensando en quién será el siguiente expulsado de las cocinas tan suculentas de Samantha, Jordi y Pepe. Y contando casi los días que faltan para su emisión. ¡No tengo perdón!.
Y es que soy más tonta y no nazco. Se me ocurrió cuando vi que eran personas famosas y encima ‘benéfico’ pensar en que la cosa cambiaba. Así que lo grabé. Y un día de esos que no hay nada interesante, -que suelen ser casi todos-, me dije, ‘voy a ver las celebrities de Master Chef’. Y allí me enganché.
Resulta que han escogido a concursantes famosos o mejor dicho ‘conocidos’. Es decir, personas que no tienen nada que ver con los fogones, ni aspiran a ser pinches, cocineros, o chefs de ningún restaurante, ni nada que se les parezca. Simplemente son personas que por su profesión (actores, cantantes, toreros, deportistas, etc.) salen en según qué medios, y que simplemente están allí para ‘pasar el rato’ y de paso, si ganan contribuir a una buena causa.
En esta emisión de ‘famosos’ hay nueve concursantes. Uno de ellos es Manuel Díaz ‘El Cordobés’ acompañado de su mujer, la cual también concursa. Ya os dije que lo de hermanos, padre e hijo, marido y mujer, da mucho juego. Hay que meter algún parentesco en el programa.
En este caso nos sale un Manuel Díaz que ya tienen el gancho de ser además de torero, un luchador. Un luchador por su filiación para que su padre biológico de una puñetera vez reconozca que es hijo suyo. Y todo el mundo pensando lo mismo. En un padre que se niega por ‘sus mismísimos’ a admitir lo que es evidente, pues es calcadito a él. Y que comete una injusticia tremenda con un hijo que no tiene culpa de nada. No hay palabras. Y todos por supuesto sufriendo por él, por su suflé, por su rosbif, y por su tarta flambeada….
Y a su lado su encantadora, guapa y sensata mujer Virginia. ¡Qué pareja más mona hacen! Los dos son un encanto. Y lo que disfruto viendo cómo sufre él cuando ella cocina, y lo hartita que está ya ella de que él sea tan súper protector. Sufro tanto que no sé. Pienso que igual la cosa acaba mal y ella lo manda a freír otra cosa que no son huevos precisamente.
Tenemos también a varios actores. Entre ellos una Loles Léon que es más pesada que cien vacas en brazos. Yo creo que todavía el rol de ‘chica Almodóvar’ no se lo ha quitado y tiene que escenificar constantemente. No se calla ni debajo del agua. Sus compañeros mientras cocinan están a punto de, o tirarle directamente una sartén a la cabeza o el delantal con tal de no aguantar esa murga constante. Es una ‘plasta’ con patas.
También nos han plantificado a Cayetana Guillén Cuervo, que realmente a mí no me caía ni bien ni mal, pero está dando mucho juego en el programa. Eso sí, yo no probaría ningún plato de los que prepara, por la simple razón de que es un poco ‘descuidadilla’ en lo que a higiene en las cocinas se refiere, puesto que la susodicha cocina siempre con unos mechones de pelo teñido que casi rozan las cacerolas, las sartenes y los fogones.
El ‘master senior, Pepe’ ya no sabe qué horquillas regalarle para que se recoja el pelo. Pero no hay manera, allí están sus rubios mechones friéndose casi al mismo tiempo que ‘sella el solomillo’, o enroscándose en las cuchillas del ‘turmix’ cuando hace una salsa.
Y hemos tenido también a una María del Monte, que en el segundo programa se ha plantado. Ésta sí que ha mandado al jurado a freír gárgaras. Literalmente les ha dicho que se va porque no aguanta sus caras de ‘estreñimiento continuo’ y que esta hartita y no disfruta nada de nada. La verdad es que en eso le doy toda la razón. Al programa se va a aprender. No a que te vengan tres jurados con cara de úlcera de estómago a regañarte porque no sabes hacer ‘el solomillo Wellington’ como toca.
¿Y es que antes de entrar les han hecho un examen de cocina? Por supuesto que no. ¿Qué esperan?, ¿Qué les salga de padre y muy señor mío? Si fuera así algunos no estarían jugándosela con toros, con motos o con una cámara que te está grabando sin piedad. Pero la cara de malo de película que ponen los tres chefs forma parte por supuesto, del reality show y del subidón de audiencia.
Nos quedan otros. Una Niña Pastori, que como artista es un diez, pero que se la quitaron de encima en el primer programa porque no daba ningún juego.
Un Fonsi Nieto que lo expulsaron el segundo día porque al dejarlos plantados María del Monte, quería el programa conservar al matrimonio del Cordobés juntitos otra semanita (ya que dan mucho juego y por tanto sube la audiencia). Y tampoco Fonsi (supongo que diminutivo de Alfonsín) es lo que se dice ‘la alegría de la huerta’.
Un actor Miguel Ángel Muñoz que es un cielo de chico, más bueno y no nace. Me tiene enamoradita de majo que es. Llega a un punto que hasta estoy segura que pide perdón sin le atracan por no llevar más dinero en los bolsillos. Y hasta sonríe en el programa cuando le hace un compañero una cabronada y da besitos cariñosos a su ‘tata’, de tal manera que a los tres chefs y a la guapa presentadora Eva se les saltan las lágrimas de emoción. Este chico nos dura mucho. Si no, al tiempo.
Será uno de los finalistas.
Y a un actor Fernando Tejero que ya se lo tenían que haber quitado de encima por malas caras, encarado, mal perder, grosero y muchas cosas más, pero que lo conservarán, (injustamente como la semana pasada que se libró ‘milagrosamente’ del delantal negro) porque da mucho juego con sus peleas con Loles León.
Es un tipo con un carácter tan difícil que ya me cae gordo desde el principio.
Y bueno, no sé ya si me dejo alguno. Creo que no, pero el caso es que seguimos con lo mismo.
El dinero benéfico será el mismo gane quien gane, pero la audiencia no va a ser la misma según expulsen a uno u otro. Y ahí está la injusticia injusticiosa por la que me negué a seguir viéndolo.
Pero si no lo viera…. ¿estaría yo aburriéndoos con esta nueva entrada sobre el tema Master Chef?
Os pido de nuevo mil perdones. La debilidad humana no tiene límites.
Os seguiré informando. Sorry!!!