• Nunca es tarde para aprender....

    Corriendo en el paseo marítimo de Palma
    Qué difícil me resulta aprender Inglés.  Llevo tres años intentándolo y creo que progreso casi adecuadamente, pero es un idioma muy puñetero.  Resulta que cuando te has aprendido a decir el famoso "jaguaryu" (léase "How are you?) y piensas que con ello has resuelto los preliminares de cualquier conversación que se precie; no es así, pues en muchísimos casos  no entiendes ni jota de lo que te contesta el prójimo, al que le has dirigido tan educadamente la pregunta, en mi caso la primera vez me desanimé mucho cuando un amigo inglés me contestó (lo traduzco pues no me veo capaz de repetirlo textualmente hasta dentro de un par de cursos por lo menos): "Regular mi querida amiga, he amanecido con un intensísimo dolor en el dedo gordo de mi pie izquierdo,  que me tiene literalmente postrado".  Como sólo entendí lo de "mi querida amiga", fingí que había problemas en la línea y colgué, no le he vuelto a llamar para preguntar por su dedo... (dolencia de la cual me enteré por amigos que van más adelantados que yo en el idioma).

    Y qué me decís de cuando ves que si hay dos "ees" juntas tienes que decir "i", te lo aprendes y resulta que no!. No siempre es así.  Ni todas las "a" son "ei".  Y cuando preguntas por qué?.  Te dicen.. .¡porque sí! hay que fastidiarse...;En cambio ellos cuando estudian español tienen la suerte de que lo que se lee se dice tal cual.  Vaya ventaja.  Aunque también hay que decir, que una venganza muy buena que tenemos son los tiempos verbales.  Pobrecitos ingleses aprendiendo el verbo "IR".  Que si yo vengo, que si fui, que si he ido, que si iré, que si volví".  Y pronunciar las "erres"?.  Cuánto les cuesta.  Tengo un amigo que todavía cada vez que tiene que emplear una erre parece que se le ha pegado algo en la garganta y está a punto de escupirlo.  Y con las jotas no es que sea más ducho.  Alguna pequeña puñetería tenemos que tener nosotros también, digo yo!.

    Cuando al principio me di cuenta de cuán difícil era, llamé corriendo a un profesor muy bueno que me habían recomendado, al que sólo le quedaba un hueco en su agenda y me aceptó como alumna, lo conservo como oro en paño. Bueno, lo conservo junto a mis compañeros de clase Carmen y Mundo.  Gracias a Christopher, que así se llama nuestro “Teacher” y a su infinita dosis de paciencia, para no tirarse a veces por el balcón de desesperación, hoy por hoy nos podemos comunicar entre nosotros y contarnos lo que hemos hecho, lo que hacemos y lo que nos gustaría hacer.  Un auténtico milagro por su parte!!

    Repito curso por iniciativa propia, por mis problemas ya mencionados de “entendimiento y comprensión auditiva del idioma”, o más sencillo por no entender ni pío de lo que dice la máquina esa que nos ponen en clase y que suena fatal.  Por si las moscas y con un atisbo de esperanza para el examen de septiembre fui a pedir hora al otorrino.  ¿Y si no era tan negada como me creía y resultaba que tenía dos tapones como los de las botellas de cava en los oídos y por eso no entendía nada de nada?.  Pues no, resultó que ni uno chiquitito y birriosillo.  Entonces llegué a la conclusión triste para mí que la culpa era absolutamente mía y no de los pabellones auditivos en mal estado.  Ello unido a que en verano tuve que volar en seis ocasiones, y lo único que entendía al Comandante era el "bye" de despedida al final de toda la retahíla que suelen decir,  fue lo que me decidió a repetir curso.

    Pero lo que sí tengo claro es que repita o no repita curso soy feliz aprendiendo y disfruto muchísimo con mis clases de inglés matutinas, y por fin he llegado a la conclusión con conocimiento de causa de que nunca, nunca, es tarde para aprender.
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