En su día dichos premios nacieron gracias a la iniciativa de Louis B. Mayer (el de la Metro-Goldwyen-Mayer) como una organización para mejorar la imagen de la industria cinematográfica del cine y ayudarla a mediar en las disputas labores que acontecían por aquellos años. Todo eso dio lugar a la primera gala el 16 de mayo de 1.929 en el Hotel Rooselvet de los Àngeles.
Cualquier persona que colabore en la elaboración de una película, ya sea su director, actores, realizadores, maquilladores, músicos, ingenieros de Sonido, guionistas, estilistas, etc sueña con conseguir tan preciado galardón y siempre que en cualquier momento de nuestra vida hablamos de cine en alguna reunión, cena o acontecimiento y nombramos a algún director, actor, actriz, etc. sale a colación, ‘es muy bueno, ganó un Oscar’.
No recuerdo los momentos ni sus nombres, pero sí recuerdo haber visto algunas películas que no me habían dicho nada y después conocer que se le habían otorgado un montón de Oscar. Y siempre he pensado que seguramente yo no tendría un buen criterio a la hora de calificar.
Pero ya llevo un par de años y sobre todo este año que discrepo profundamente en la selección de los premiados y empiezo a sacar conclusiones y pensar que como diría nuestro muy merecido ‘premio nobel de literatura’ Jacinto Benavente, existen ‘los intereses creados’ y los premios no son tan merecidos como deberían.
Soy desde pequeña una auténtica cinéfila. Me encanta el cine, pero no el cine en casa, me encanta el cine en la gran pantalla. Tanto que desde que ya no tenía que rendir cuentas en casa, me escapaba, para ir casi siempre sola al cine, para ver todas las películas que me apetecían.
Y me diréis el por qué iba solita al cine. Por una simple razón. ¿Hay alguien que lea este blog que haya vivido en sus carnes el ponerse de acuerdo a la primera de cambio cinco o seis amigas, en película que ver, horario de película y día? Y más si tenéis en cuenta que en esos tiempos no existían los móviles.
Es imposible, yo diría que casi un milagro. A la que le apetece la misma que a ti, le va mal el día que tú puedes, y a la que le va bien el día la película que te apetece a ti, le da cien patadas y prefiere la de amor y lujo que sale el actor tan guapo y que está de moda. Y cuando ya te has puesto de acuerdo, sale la tercera, cuarta o quinta amiga, que pide que lo paséis a la semana siguiente pues ‘no se la puede perdeeeeer por nada del mundo pero no puede ese día!’. Y vuelta a empezar la ronda de consultas…….
Para mí, que soy un poco bicho raro, lo mejor es escoger una sola el día que te va mejor, la película y la sesión. Ningún problema. Siempre, aunque el cine esté abarrotado, hay lugar para una butaca solitaria en el mejor de los sitios. Si buscas dos, difícil lo tienes. Y ya cuatro o cinco, imposible.
Recuerdo en estos momentos una anécdota muy graciosa cuando estrenaron la película ‘Tiburón’. Fuimos el segundo día del estreno, creo que al cine Rívoli, diez amigas del colegio. Entramos cuando el cine estaba ya a oscuras y la peli a punto de empezar, y la ‘organizadora’ de la salida cinematográfica’ le dijo al acomodador: ¿Por favor, nos puede colocar en la mitad y en el centro?. Y me sonrío todavía recordando como si fuera ayer que el acomodador le dijo con toda la sorna del mundo, ¿y querrán estar todas juntitas verdad?. Mi amiga contestó inocentemente que: claro!!!.
Acabamos en la fila primera del cine, todas descolocadas, comiéndonos literalmente la pantalla, ya que no cabía ni un alfiler, y allí cada vez que había un primer plano del tiburón abriendo la boca, parecía que nos engullía vivas a todas (con chillidos incluidos, por supuesto).
Pero todo viene a cuento del Oscar al mejor actor protagonista de este año. Ha sido para el muchas veces nominado Leonardo DiCaprio y que pienso que en algunas películas su interpretación, sino ganadora de un Oscar, ha sido extraordinaria, como en ‘El aviador’ o la que me emocionó tanto llamada ‘Diamantes de sangre’.
Pero ví ‘El renacido’ (The revenant) hace tres semanas. En un momento dado, me dio sueño de lo larga que se me hacía, y con el calorcito del cine y medio dormida, olvidándome de que había ido sola al cine, le di un codazo y le dije al señor de al lado creyendo que era ‘mi acompañante’, la frase consabida de: ‘si me duermo avísame’, y no pudiendo superar la vergüenza de la equivocación y de la cara de asombro que me puso el susodicho, se me quitó todo el sueño que tan feliz me prometía. Y así me tuve que tragar una película larguísima donde DiCaprio no pudo o no supo transmitirme absolutamente ningún sentimiento ni emoción. Pero absolutamente ninguno, y eso que lo pasa, ya no digo canutas, sino horriblemente mal, lo peor de lo peor. Pero es que puestos a dar en esa película un Oscar, hasta se lo doy a ‘El oso’ por esa escena impresionante que nos dejó a todo el cine sin aliento.
Y eso que tengo que reconocer que la fotografía de los paisajes es extraordinaria y cautivadora: una auténtica maravilla.
Así que hablando de animales diré que ‘a otro perro con ese hueso’ y que yo seguiré yendo al cine, sola o acompañada’, eligiendo la película simplemente guiada por algo tan primitivo que se llama instinto. Pues ‘para gustos colores’, y llevo muchos años a mis espaldas disfrutando de auténticas obras de arte y de actrices o actores que me han hecho reír a carcajadas, llorar a moco tendido, o emocionarme hasta ponerme el vello de punta, sin que ninguno de ellos haya conseguido tan apreciado, deseado y anhelado galardón llamado ‘los Oscar de la Academia’.
(Oscar al mejor 'selfie' de la gala de 2014, propiciado por la presentadora Ellen DeGeneres y con los actores: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Angelina Jolie, Julia Roberts, Brad Pitt, Meryl Streep, Lupita Nyong'o y su hermano, Kevi Spacey y Jaret Leto)
(Oscar al mejor 'selfie' de la gala de 2014, propiciado por la presentadora Ellen DeGeneres y con los actores: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Angelina Jolie, Julia Roberts, Brad Pitt, Meryl Streep, Lupita Nyong'o y su hermano, Kevi Spacey y Jaret Leto)