¿Se imaginan meter a todos los políticos en una sala ‘a pan y agua’?
Estoy convencida de que en un ‘plis plas’ se resolverían todos los problemas de comunicación que tienen.
El otro día viendo en la televisión, una vez más, que no había manera de que se pusieran de acuerdo, porque Menganito no se habla con Zutanito, y Zutanito no quiere jugar con Fulanito, a la vez que éste último no quiere saber nada de Perenganito, y ya aburrida y hastiada de lo mismo de siempre, se me ocurrió la idea: ¿Y si los encerráramos a todos los dirigentes en una especie de cónclave, a pan y agua, y no pudieran salir hasta que se pusieran de acuerdo?.
Pero no en un cónclave de verdad, con contemplaciones tan maravillosas, como puede ser mirar hacia arriba y descubrir pinceladas del ‘Juicio Final’ que no habíamos descubierto, u otras maravillas ejecutadas por los mejores pintores renacentistas que hay en dicha capilla, y que pudieran desviar la atención de lo que allí se tiene que tratar. Porque allí uno, con un mínimo de sensibilidad, se puede quedar ‘extasiado’ por los siglos de los siglos y olvidarse hasta de comer, beber y dormir. No!.
Algo diferente se me tenía que ocurrir.
Al principio pensé, tontorrona de mí, en encerrarlos en una especie de casa de ‘Gran hermano’, pero me di cuenta enseguida de que la última vez que por vergüenza mía lo vi, -que fue en su segunda edición-, lo que observé allí era una panda de vagos redomados, todos tirados en camas o cómodos sillones, quejándose cada vez que tenían que hacer algo, y con unas broncas impresionantes por cosas tan banales como el ‘tocarle a uno cocinar’. No! Para que hagan el zulú, como siguen haciendo por lo que me dicen. todos los concursantes, no estamos los ciudadanos a estas alturas de curso.
No. Yo los encerraría en una sala en donde eso sí, hubiera una silla para cada uno, sus botellitas de agua para que no pasaran sed, y unos panecillitos para los ataques de hambre. Nada de cuadros ni distracciones. Y allí los tendría hasta que se pusieran de acuerdo en sus pactos.
Estoy convencida de que en unos pocos días de estar todos juntitos, revueltos, sin poder salir y a pan y agua, habría ‘fumata blanca’ en menos que canta un gallo.
Si no es así, ya me veo otra vez convocados para las terceras votaciones. Manda …., lo que hay que mandar. Y encima cae en 25 de diciembre, fum fum fum. Pues como no me pongan un arbolito o un Belén al lado de la mesa de votación, o lucecitas de Navidad en las urnas, de esas de mil colores y tan horteras pero que dan tanta vida, y pedacitos de turrón de degustación a la entrada del colegio electoral, va a ir a votar Rita la cantaora, es decir, voto nulo total y absoluto.
Ahora cuando termino de escribir estas líneas han anunciado en los medios la dimisión del Secretario General de uno de los grandes partidos en cuestión.
Lo que estoy segura es que, si esta idea de encerrarlos a pan y agua la hubieran puesto en práctica desde hace muchos meses, además de un Gobierno, bueno, malo, regular, o lo que sea, pero que acataríamos democráticamente; además de eso, en cuatro años más, esa persona que acaba de dimitir hubiera podido con mucha seguridad haber sido nuestro próximo Presidente del Gobierno. Hay mucho tozudo por el mundo. Y no sólo éste, sino de todos los colores.
Pero es que ideas tan buenas como creo que es la mía, -modestia aparte-, no se les ocurre a según quiénes. Sino…‘otro gallo nos cantaría o nos hubiera o hubiese cantado’.
(Foto: La Creación de Adán. Fresco en el techo de la Capilla Sixtina. Miguel Angel Buonarroti (pintado alrededor de 1511). Ilustra el episodio bíblico del Génenis en el cual Dios da vida a Adán, el primer hombre).